NO SOMOS MÁS QUE UN PAÑUELO
agitado por el viento de los muelles.
Nuestro deseo es llegar,
pero siempre nos vamos.
Somos una risa interrumpida por el invierno;
una mañana con sol súbitamente invadida
por los ejércitos de las nubes;
una tarde tranquila sorprendida por la lluvia;
una noche con la luna
cubierta de pronto por el temporal.
Pero somos y eso no nos lo quita el viento.
No seremos, pero hemos sido.
Sirva esto para seguir andando
por el camino siempre interrumpido,
para saber que nuestros ojos
siempre podrán distinguir
las figuras que viven
en la otra orilla del abismo.
Hugo Gutiérrez Vega
sábado, 17 de mayo de 2008
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